jueves, 24 de julio de 2008

Either/Or



Las grabaciones de Either/Or se hicieron en The Shop en dos sesiones diferentes, como recuerda Schnapf, ambas con una duración de entre siete y diez días. Las tres canciones que fueron originalmente grabadas en The Shop – “ Angels,” “Between the bars,” and “Say yes” – consistían en esencia en una toma con la voz y la guitarra acústica de Smith sonando simultáneamente, superpuesta a otra toma de voz y guitarra acústica; algo extremadamente difícil de grabar bien. “Tocaba la acústica, cantaba, lo doblaba y a otra toma”, dice Schnapf. “Era realmente increíble. Una vez teníamos la toma la doblábamos y la escuchaba. Estaba haciendo ambas tomas especialmente bien y uniéndolas después. Tocaba la guitarra acústica y cantaba durante un rato hasta que alcanzábamos el punto adecuado. No se le veía demasiado cargado, más bien bastante controlado.” En otras palabras, la deslumbrante calidad del sonido de guitarra de los temas de Either/Or producidos en The Shop – la razón por la que es difícil decir si suenan dos guitarras o una sola – radica en el hecho de que Smith llevase a cabo dos interpretaciones en directo casi idénticas, nota por nota, voz y guitarra, con mínimas diferencias involuntarias creando una sensación de profundidad similar a la de un eco sutil. Añadir una pista de reverb al sonido ni de lejos habría producido algo tan delicado. Estas tres canciones supusieron la máxima realización hasta la fecha del potencial de Smith como músico e innovador y le ayudaron a crearse una reputación.

El único adorno a la guitarra y la voz en las tres canciones es una pista de teclado en “Angeles” – Snachpf cree que era un Hammond B-3 – que Smith había metido en una más bien poco fructífera sesión de estudio en Hoboken, New Jersey. Además de las tres canciones que grabaron, Snachpf y Rothrock mezclaron la mayor parte del disco.

“Between the bars” en Either/Or es una de las más claras declaraciones de desprecio hacia la visión byroniana de las responsabilidades de la vida asumida por muchos músicos de rock, incluido, en ocasiones el propio Smith. El juego de palabras del título vincula el alcohol a la cárcel, pero el cuerpo de la canción va un paso más allá para sugerir que la embriaguez es auto-engaño es prisión es amor. “I’ll kiss you again, between the bars” dibuja un cuadro de amantes cercados a la vez que una escena de cárcel. Pero el verso deja en suspenso quien está encerrado y quien está fuera. ¿Es el narrador o su chica el que está atrapado? El primer verso del segundo estribillo podría atribuirse tanto a alguien mirando a través de la ventana de una celda como a alguien dando tumbos con una botella en una bolsa de papel: “Drink up baby, stare at the stars.” La letra enfatiza como las comodidades del amor y la botella estriban en su habilidad de borrar las ambiciones del bebedor así como a la gente que podría molestarle. “People you’ve been befote that you don’t want around anymore/they push and shove but won’t bend to your will/I’ll keep them still” – es la promesa de Romeo y de Jim Beam. Smith está hablando del romance de la indolencia y el fracaso: “The potencial you’ll be/that you’ll never be/the promises you’ll only make” El narrador podría perfectamente ser la propia botella hablándole a su víctima. Llevando la metáfora hasta sus últimas consecuencias, el narrador podría entenderse como el demonio, o la personificación de la tentación.

Uno de los momentos posteriores a su muerte que a Smith le habría gustado vivir es la interpretación que hizo Beck de “Ballad of Big Nothing” en el concierto en memoria de Elliott Smith en el Teatro Henry Fonda de Los Angeles. La voz de Beck es bastante más alta que la Smith normalmente exhibía en sus actuaciones acústicas, y el estribillo encarna el sentimiento de un himno. “You cand do what you want to/whatever you want to,” podría pasar por el grito colectivo de adolescentes hedonistas despojándose de los grilletes de una educación restrictiva. Pero los acordes de guitarra inmediatamente socavan esta interpretación, y la letra del verso “up all night and down everday”, ilustra los problemas inherentes a la creencia de que eres libre de vivir tu vida sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Es un anti-himno o un himno irónico, pero no es en cualquier caso incompatible con un riguroso ejercicio de auto-evaluación desde un punto de vista moral.

Smith tenía la destreza de un novelista a la hora de encontrar ambigüedades en cualquier cosa. Por esa razón podía decir con todo derecho que la etiqueta de cantautor triste no le hacía justicia. No hay nada malo en ser un cantautor triste, pero el don de Smith como letrista era capturar los detalles de toda situación límite, y la tristeza no era más que uno de los colores de su paleta. “I’m a color reporter,” cantaba en “Bled White”, y es estrictamente cierto. Hay muchos cantautores que saben escribir canciones tristes – por ejemplo, los que le ganaron en los Oscars con “My Heart Will Go On.” No hay sin embargo muchos que puedan describir las peculiaridades de una condición sin retorcer la música para encajar letras inanes. Smith era genial haciendo justamente eso.

Benjamin Nugent, "Elliot Smith and the Big Nothing"

Elliott Smith - Between the bars