miércoles, 5 de noviembre de 2008

El poeta es un fingidor


No hay lugar para mí, piensa Sebastían, pero no con la altivez de los desterrados, sino con la tristeza de quien comprende que no es en realidad merecedor de un lugar propio. También es consciente, porque no es tonto del todo, de que la superioridad insensata que mostró en otro tiempo a la hora de despreciar el lugar de los demás le está pasando factura. Cuando por fin se ha dado cuenta de que el lugar de los demás era también el suyo, los demás ya se han ido, si no en la realidad, sí al menos en el territorio de sus sueños. Su incapacidad para ahora ingresar de nuevo en el agitado magma de las cosas reales, tiene mucho que ver con su incapacidad para merecerlo o desearlo. No es que Sebastián se neiegue nada, es que ha conseguido ignorarlo todo. Ni es inocente ni logra, como logran otros y a la ligera, reinventar su inocencia, pues carece por completo de la energía o la fe suficientes para poblar ese bosque de culpables que nos salva del fuego.

Ray Loriga - Ya sólo habla de amor

Christina Rosenvinge - Nadie como tú.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

.disco del favorita canción Mi

Ve. dijo...

Premio para el caballero

:)

pd: Disco de Robert Forster en camino.

Anónimo dijo...

Hey, Mr. Tambourine...

¿son tuyos los textos en cursiva?

mr.tambourine dijo...

Absolutely (sweet marie) not.

: )

Los autores están citados debajo de los textos.

Anónimo dijo...

oh, oh, genial (zoqueetaa)

y tú escribes, o sólo citas (muy bien citado...)?

mr.tambourine dijo...

Aproximately nothing.

Como buen Bartleby, prefiero no hacerlo.