domingo, 16 de noviembre de 2008

Bumerán, bumerán


Desde aquella cima mísera de ruinas vacías de sentimientos pude vislumbrar mi propia vida extendiéndose hasta un futuro remoto. Se asemejaba a las desoladas escenas de planetas deshabitados que aparecían en las ilustraciones de las novelas de ciencia ficción que leía de pequeño. No había ninguna señal de vida. Los días eran todos terriblemente largos, la temperatura de la atmósfera era tórrida o gélida. El vehículo que me había llevado hasta allí había desaparecido sin que yo me diera cuenta. No podía ir a ninguna otra parte. Lo único que podía hacer era ir sobreviviendo en aquel lugar valéndome de mis propias fuerzas.

Haruki Murakami - Sputnik, mi amor

Lou Reed - Satellite of love

6 comentarios:

Lara dijo...

Me encantó la película de la foto... Me sobrecogió.

:)

Ve. dijo...

A mí no me sobrecogió en absoluto. En todo caso, por la desilusión que me llevé al verla.

Por cierto, qué gran canción la de esta entrada...

Lara dijo...

Pues llegué aquí a través del blog de ve., el cual encontré a su vez en un foro de Quique González.

Las vueltas que da esto de internet.

Ve. dijo...

Este sábado toca la señora de Nacho Vegas en Galileo, y yo le invito a subir a la capital, que por doce euritos y unos pocos más de transporte...

Anónimo dijo...

Soledad impertinente

Cuánta cita de cuánto literato con tanto canto, tanta cultura...

...que yo me siento la Maga

mr.tambourine dijo...

...refugio contra la tormenta (y la humedad)