miércoles, 19 de agosto de 2009

kill your (his/her) idols


-Ya ha llegado ahí -dijo Alise.
-Sí -respondió Jean-Sol-. ¿Desea hablarme?
-Yo quería pedirle que no la publique -dijo.
-La cosa es difícil -dijo Jean-Sol-. La están esperando.
Se quitó las fagas, sopó en los cristales y se las volvío a poner: sus ojos dejaron de verse.
-Por supuesto -dijo Alise-. Pero lo que yo quiero decir es que sólo sería necesario retrasar su publicación.
-Oh -dijo Jean-Sol-, si no se trata más que de eso, podríamos ver.
-Habría que retrasrla diez años -dijo Alise.
-¿Ah sí? -dijo Jean-Sol.
-Sí -dijo Alise-. Diez años, o más, naturalmente. ¿Sabe?, es mejor dar tiempo a la gente para que ahorre y la pueda comprar.
-Será bastante latosa de leer . dijo Jean-Sol-, porque ya me fastidia a mí bastante escribirla. Tengo un fuerte calambre en la muñeca izqueirda a fuerza de sujetar la hoja.
-Lo lamento por usted -dijo Alise.
-¿Que tenga un calambre?
-No -dijo Alise-, que no queira usted aplazar la publicación.
-¿Por qué?
-Le voy a explicar: Chick se gasta todo el dinero que tiene en comprar lo que usted escribe y ya no le queda nada de dinero.
-Haría mejor comprando otra cosa -dijo Jean-Sol-; yo, por ejemplo, no compro nunca mis libros.
-A él le gusta mucho lo que usted escribe.
-Está en su derecho -dijo Jean-Sol-. La decisión es suya.
-Está demasiado enredado en este asunto, creo yo - dijo Alise-. Yo también he tomado mi propia decisión, pero yo soy libre porque él ya no quiere que viva con él, así que ya que usted no quiere retrasar la publicación, voy a matarle.
-Va a hacerme perder mis medios de subsistencia -dijo Jean-Sol-. ¿Cómo quiere que cobre mis derechos de autor estando muerto?
-Eso es asunto suyo -sijo Alise-: yo no puedo tenerlo todo en consideración, ya que lo que quiero ante todo es matarle a usted.
-Pero usted tiene que admitir que yo no puedo ceder a una razón como ésa -dijo Jean-Sol Partre.
-Lo admito -dijo Alise. Abrió su bolso y sacó de él el arrancacorazones de Chick que había cogido unos días antes de su escritorio.
-¿Quiere abrirse el cuello de la camisa, por favor? -preguntó.
-Escuche -dijo Jean-Sol quitándose las gafas-, toda esta historia me parece una perfecta idiotez.

Boris Vian - La espuma de los días

The Wave Pictures - Kiss me

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