miércoles, 22 de julio de 2009

un hombre que dice no


Es verdad, los pobres más bien rejuvenecen por dentro a medida que avanzan y hacia el final, con tal de que hayan tratado de perder en el camino toda la mentira, el miedo y las innobles ganas de obedecer que se les dieron en el momento de nacer; en suma, son menos asquerosos que al principio. ¡El resto de cuanto existe en la tierra no es para ellos! ¡No les concierne! La tarea de los pobres, la única, es vaciarse de su obediencia, vomitarla. Si lo consiguen antes de reventar del todo, entonces pueden vanagloriarse de haber vivido por algo.

Louis Ferdinand Céline - Viaje al fin de la noche

Ezra Furman and the Harpoons - Take off your sunglasses

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