sábado, 7 de marzo de 2009

tentativa de escribir lo que escribiría si escribiera



Que la suerte pende de un hilo decía la chica rubia en la pantalla y tú ignorabas lo premonitoria que podía ser una película indie americana. "Disfruta hasta que se rompa", "aprovecha el momento"... Lugar común. Filosofía deslucida por mil labios mal pintados que a ti, flotando en la ingravidez de una cama de 1,50 compartida, te sonaba tan inofensiva y hueca como el eslogan de una campaña contra la drogadicción. Pero el hilo se rompió y ahora tu vida es el más común de los lugares. Se acabaron los paseos por la luna, la palabra translúcida, la piel suave, el remanso de paz en los vértices del calendario y el cobijo impermeable contra tu propia tormenta. Y es inútil preguntarse quién saboteó aquella cama, porque tú mismo sabes que todo lo que sube tiene que bajar y tu suerte es un cliché en boca de nadie. Así que anuda el cabo desgarrado, aderézate la bilis con sardonia y acostúmbrate a vivir en blanco y negro. Y dale la bienvenida al tedio, a la roca de Sísifo insoportablemente leve, a después de tantos años, Houellebeq, el stilnox; a la china de su recuerdo en la plantilla del zapato y a vivir a ras de la más pura soledad. Porque ahora sabes que no hay hilo que te sostenga, y las marionetas mancas no pueden volar.

Morrissey - One day goodbye will be farewell

1 comentario:

Ve. dijo...

A las noches con dolor de cabeza, a los relajantes que sisamos a nuestras madres para contrarrestarlos, al encontrarlos (y encontrarnos) en cada canción, película o libro, a los días un poco más grises, al inventario de recuerdos que asalta cuando menos lo esperas y a los dos paquetes de tabaco diarios, por que de repente tienes las horas y las manos vacías y con algo habrá que llenarlas.

Podemos darle la bienvenida a todo eso y a lo que tú nombras. Y las gracias a los textos que escribirías si escribieses.