sábado, 4 de octubre de 2008

(casi) Un año después de ya no verte


Corrido mexicano

Este es el corrido del caballo blanco
que en un día domingo feliz arrancara.
José Alfredo Jiménez

Olor de solitario y soledad, cama deshecha,
cegados ceniceros en esta tarde de domingo,
helado soplo de noviembre en el cristal
y un vaso medio lleno de cansancio.
Te escribo por hacer algo más inútil aún
que pensar en silencio o imaginar tu voz,
o escuchar una música herida de recuerdos,
o pedir al teléfono un absurdo milagro.
«Este es el corrido del caballo blanco
que en un día domingo feliz arrancara.»
Este es el corrido pero nadie canta
y un muerto con mi nombre, vestido con mis trajes,
me saluda y observa por los cuartos vacíos,
me mira en la distancia como si fuera un niño
y acaricia en sus dedos un rastro de ternura.
Sobre su frente inmóvil va cayendo tu nombre
y humedece sus labios una lluvia perdida.
Olor de soledad y humo de aniversario
mientras busco, dolorosamente trato de recordar,
tus dos ojos insomnes con su vaho de mendigo,
devorando su luz, ahogando su locura.
Tus dos ojos como picos de presa que se clavan
y rasgan y desgarran la piel de nuestro amor.
Soplo de embriagado recuerdo, agria melancolía
rescoldo que tu lengua aún enciende
en estas horas de strip-tease solitario
en que celebro en tu derrota todas las derrotas.
Un año después y tu pelo, tu largo pelo
ardiendo desbocado entre mis manos,
clavado para siempre en esta almohada,
recorriendo esta casa, sus rincones y puertas,
como un viento insaciable que buscase su fin.
Un año después de ya no verte,
definitivamente talando en tu memoria,
qué real sigues siendo, qué difícil herirte.
La sosegada certidumbre de esta mesa en que escribo
puede tener la pasión estremecida de tu piel
y la ropa que el sillón desordena
puede ahora ocultar el temblor de tus pechos.
Sobre tu sexo abierto y tus muslos de arena,
sobre tus manos ciegas que persiguen la noche,
qué triste es el cuchillo, qué aciaga su hoja.
Un muerto con mi nombre y mis uñas mordidas,
un cadáver grotesco, me dicta estas palabras,
me señala en los cuadros, en la pared manchada,
el destino de hoy, de este día cualquiera,
al borde de mi vida, al borde del invierno,
al borde de otro año que empieza con tu ausencia,
al borde de mis ojos y tu voz que ahora escucho.
Un año después de ya no verte,
mientras te escribo, odiando hasta la tinta,
en esta tarde de noviembre, olor de solitario y soledad,
helado soplo en el cristal vacío. Un muerto.

Juan Luis Panero

Cat Power - Good Woman

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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Ve. dijo...

Sí, Bailando en la oscuridad. Me gustó mucho, no había visto nada de Lars Von Trier y tenía ganas. Tendré que comprobar si la protagonista de Rompiendo las olas tiene también ese exceso de ingenuidad que hay en el personaje de Bjork, algo me han comentado.

Veo la película como una representación de valores, más que personajes, pero llevada a unos extremos que sí es cierto deberían alejarla del sentimentalismo (menos en mi caso).

La otra era Caro Diario, de Nanni Moretti, no sé si la has visto. Tiene un aire a El Cartero y Pablo Neruda pero sin tanto sentimentalismo. Es una peli de las que yo llamo "pequeñas", la historia es cotidiana y los personajes deliciosos. Moretti está increíble interpretándose a sí mismo, llena tanto la pantalla... Y I'm your man de Cohen en la banda sonora, qué más pides?

Ve. dijo...

Por cierto las aportaciones de tus anónimos son brillantes, qué expresividad y facilidad de palabra.