martes, 24 de marzo de 2009
sorry doesn't help
Que lamentarse ante el mundo sea inútil y perjudicial, es positivo. Queda por ver si no es igualmente inútil y perjudicial lamentarse ante uno mismo. Evidentemente. en realidad, no se lamentará ante sí para moverse a sí mismo a piedad, lo que no significaría nada, dado que, por definición, la piedad es el voluptuoso connubio de dos espíritus. ¿Para qué entonces? No para obterner favores, que el unico favor que un espíritu puede hacerse a sí mismo es concederse indulgencia, y cada cual ve cuán perjudicial es que la voluntad sea indulgente con la propia lamentable debilidad.
Queda el que se haga por sacar verdades del propio corazón ablandado por la ternura. Pero la experiencia enseña que las verdades afloran sólo ante la pacífica y severa indagación que detiene a la conciencia en una inesperada actitud y la ve, como un filme que se parase de golpe, estupefacta pero no conmovida.
Conque basta.
[...]
Esfuerzo de equipar el yo objetivo a los otros para: liberarnos de la falsa ventaja que la singularidad de ser nosotros le concede a nuesto yo; desconcertar a la maudlin self-pity y la cancerosa importancia que asumen todos nuestros humores ante el ojo íntimo; tratarnos utilitariamente, como utilitariamente tratamos a los demás.
Todo lo más conmoverse por los demás, nunca por uno mismo.
To pity others perhaps, never to pity one's self.
(Conmoverse significa también irritarse.)
Émouve-toi, si tu veux, sur les autres, ne t'émouve jamais sur toimeme.
Be touched by others, don't be touched by yourself.
Cesare Pavese, El oficio de vivir
Nacho Vegas - La magnitud de la tragedia
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