domingo, 7 de diciembre de 2008

es drú ju lo




Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fueran
ridículas.

En mis tiempos tamién escribí cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Cuando hay amor, las cartas de amor
tienen que ser
ridículas.

Y es que, en fin,
sólo las criaturas que no han escrito jamás
cartas de amor
son las que son
ridículas.

Quien volviera a aquel tiempo en que escribí,
sin darme cuenta,
cartas de amor
ridículas.

Las verdad es que hoy
mis recuerdos
de aquellas cartas de amor
son los que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas)

Fernando Pessoa, Antología de Álvaro de Campos.



1 comentario:

Lara dijo...

Muy bueno el poema ^^