martes, 30 de junio de 2009
(s)obras
Hespectador activo. Había que hanalizar despacio el hasunto. Por el momento ciertos cuadros, ciertas mujeres, ciertos poemas, le daban una esperanza de alcanzar alguna vez una zona desde donde le fuera posible aceptarse con menos asco y menos desconfianza que por el momento.
Julio Cortázar, Rayuela
Jarvis Cocker - Leftovers
lunes, 29 de junio de 2009
(in)acción
La falsa acción era casi siempre la más espectacular, la que desencadenaba el respeto, el prestigio y las hestatuas hecuestres. Fácil de calzar como un par de zapatillas, podía incluso llegar a ser meritoria ("al fin y al cabo estaría tan bien que los argelinos se independizaran y que todos ayudáramos un poco", se decía Oliveria); la traición era de otro orden, era como siempre la renuncia al centro, la instalación en la periferia, la maravillosa alegría de de la hermandad con otros hombres embarcados en la misma acción. Allí donde cierto tipo humano podía realizarse como héroe, Oliveira se sabía condenado a la peor de las comedias. Entonces valía más pecar por omisión que por comisión. Ser actor significaba renunciar a la platea, y él parecía nacido para ser espectador en la fila uno. "Lo malo", se decía Oliveira, "es que además pretendo se un espectador activo y ahí empieza la cosa".
Julio Cortázar, Rayuela
Sr. Chinarro - Militar
viernes, 12 de junio de 2009
martes, 9 de junio de 2009
esmeradas conciencias
Para una persona con una esmerada conciencia de sí misma, el insomnio es, oh paradoja, la mayor de las pesadillas.
Pero hay algo que hace preferible las pesadillas al insomnio, como hay algo que hace preferible el sueño a la vigilia.
De aquellas sólo somos conscientes cuando salimos de ellas, cuando despertamos: sensación de alivio.
La vida, sin embargo, no admite alivio de sí misma, a no se que optemos por utilizar drogas bien fuertes.
No me digan que su vida es una pesadilla porque les acusaré de ligereza.
La vida es más un vastísimo y doloroso insomnio.
Nacho Vegas, Política de hechos consumados
Wilco - A shot in the arm
lunes, 1 de junio de 2009
tormentas eléctricas
¿Qué ocurre cuando cae un rayo en medio del océano? ¿No debería morir toda la fauna marina? ¿No debería electrocutarse cualquier persona que en ese momento se esté dando un baño en el mar, en cualquier lugar del mundo? Yo no sé nada de estas cosas, pero creo haber llegado a la conclusión de que las tormentas eléctricas no existen. No son reales, aunque yo las siento de verdad. Y me aterran. Entonces tomo conciencia de mi soledad. Te extraño hasta el dolor, te escribo de este modo, y el cielo al fin se calma y nos quiere dar un respiro, y con ello consigo dormirme aun a sabiendas de que nuevas tormentas eléctricas esperan, acurrucadas, detrás de mis ventanas.
Nacho Vegas, Política de hechos consumados.
Spiritualized - Broken Heart
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